Descripción

Contiene antioxidantes y oligoelementos esenciales que son clave para una piel joven, sin signos de resequedad, ni de envejecimiento.

Antioxidante: refuerza el escudo natural de la piel, como si fuera una barrera contra los elementos que dañan y envejecen las células. Crea una protección natural muy efectiva contra los efectos perjudiciales de los radicales libres, es decir, unas moléculas que se forman en nuestra piel diariamente por el efecto de agentes como la contaminación, los cambios de temperatura, la radiación solar dañando las células y acelerando el proceso de envejecimiento de la piel. La vitamina E neutraliza estos radicales libres y repara la piel del deterioro que causan.

Acondicionadora: se utiliza también en tratamientos para psoriasis o el acné.

Reduce la aparición de arrugas, la flacidez la cicatrización y evitar la resequedad de la piel aportando hidratación.

Estimula la síntesis de colágeno y elastina para regenerar los tejidos.

Conservante: se suele emplear en cosmética gracias a su cantidad de antioxidantes para evitar la oxidación de los productos.

No irritante ni daña la piel.

Dosificación: 0,1%-1%

Insoluble en agua. Soluble en etanol, grasas animales y aceites vegetales, aceites esenciales y minerales.

Aplicaciones: Para todo tipo de pieles. Se utiliza cremas faciales, protectores solares, aceites desmaquillantes, correctores y en muchos productos de cosmética natural.

Siempre cuando elaboramos cosméticos que contienen aceites vegetales y mantecas conviene añadir este producto para evitar que se oxiden y así podemos prolongar la vida útil de nuestros cosméticos.

Si elaboramos productos que solo tienen fase acuosa, no es necesaria.