El Mg, ha sido un verdadero desconocido para la ciencia durante muchos años, desgraciadamente como el resto de minerales esenciales.
Sin embargo, está claro que sin Mg no habría vida en la Tierra. Es un mineral “esencial” para la vida de las plantas, los animales y el hombre.
Los seres vivos, están formados por células que necesitan energía para vivir y multiplicarse. Existen varias fuentes de energía para la célula, sin embargo, existe una fuente de energía común para todas la células, que son los Hidratos de Carbono.
El Mg es fundamental para el proceso de obtención de energía a partir de los azúcares. Además, el Mg es indispensable para la formación del ADN y el ARN, con lo que vemos que este mineral es fundamental para transmitir los caracteres genéticos de las especies que habitan el planeta.
En el hombre, existen muchos minerales que los clasificamos según la cantidad en la que están presentes.
Oligoelementos: son minerales que están en muy poca cantidad en las células. A pesar que están presentes en poca cantidad, actúan como coenzimas de las distintas reacciones biológicas que tienen lugar dentro de la célula.
Macroelementos: son aquellos que están en mayor cantidad, aproximadamente son el 5-7% del peso corporal.
En el cuerpo humano, los minerales están ionizados, es decir están con su carga, algunos son positivos (cationes) como el Mg+1, Ca+2, Fe+2/3… Otros son negativos (aniones) como el Cl-1, I-1…
Esta carga de los minerales resultará fundamental en el metabolismo celular del ser humano.
Podemos comprender que no solo es suficiente tomar alimentos, sino que estos deben ser transformados en energía para nutrir las células del organismo. Por todo ello, necesitamos toda una serie de reacciones metabólicas cuyo último fin es la producción de energía a partir de los alimentos. Existen pues, dentro del metabolismo, dos partes fundamentales, la primera será la destrucción de los alimentos para convertirlos en energía (catabolismo) y una segunda parte de formación de nuevas estructuras y mantenimiento de las ya existentes (anabolismo).
En las reacciones que forman el metabolismo en su conjunto, se hacen necesarios varios elementos imprescindibles para que las reacciones se lleven a cabo. En primer lugar, son los nutrientes que ingerimos con la dieta. Para poder transformarlos, necesitamos las enzimas. Estos enzimas, no funcionan solas, necesitan ayuda. Las dos ayudas fundamentales de los enzimas son los llamados coenzimas (vitaminas) y los cofactores (minerales). Si hay deficiencia de alguno de estos elementos, se va a producir un retardo en el metabolismo en su conjunto o incluso algunas reacciones no se van a producir de forma eficiente.
Aquí está el verdadero valor de las vitaminas y los minerales presentes en los alimentos que ingerimos. El Mg, está presente como ayudante de las enzimas (cofactor) en más de 400 reacciones. Es uno de los más potentes activadores de enzimas conocido.
Interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono y participa también en el metabolismo de las proteínas.
Las proteínas poseen un metabolismo más complejo, son más difícilmente digeridas y asimiladas por el organismo. El Mg interviene en la destrucción y en la formación de las nuevas proteínas.
El Mg participa también en el metabolismo de los lípidos. Las grasas son descompuestas para convertirse en energía. Las grasas que no utilizamos, son almacenadas en el tejido adiposo así como el azúcar en exceso (que se convierte en grasa).
Esto pasa cuando hay un excedente de alimento con respecto al uso que hace el organismo; el resto de alimento no asimilado, ni fijado en el tejido adiposo, como grasas, es eliminado por las heces y por la orina.
El magnesio interviene también en el equilibrio ácido-base. El organismo vive en equilibrio entre el ácido y la base. El magnesio es indispensable para mantener este equilibrio.
En fin, podemos afirmar decir que cualquier cosa que comamos, ya sea pan, azúcar, carne, grasa en cualquier forma, el Mg es indispensable para su asimilación y su utilización.
El magnesio (Mg+2) es un factor de equilibrio a nivel celular. Interviene en el equilibrio iónico. Manteniendo el potasio K+ en el interior de la célula.
lnterviene en el metabolismo fosfocálcico que permite al fósforo y al calcio fijarse en el hueso para su reparación y crecimiento.
El equilibrio K/Mg dentro de la célula es un fenómeno especial, ya que se ha comprobado que en el cáncer, por ejemplo, las células pierden su potasio intracelular, que es sustituido por sodio. El tomar magnesio permite a la célula conservar su potasio intracelular y volver a la normalidad.
En 1.915 el Dr. DELBET afirmaba que, el magnesio interviene en la prevención del cáncer. En las zonas donde el agua contiene magnesio, hay una menor incidencia de cáncer.
El Mg no es solo necesario para la vida, sino que es imprescindible para mantenerla.
Mineral fundamental para el sistema inmunológico, como lo es para el sistema nervioso, juega un papel antiestrés importantísimo. También tiene un papel antialérgico. Se sabe, que cada vez más aumentan todo tipo de alergias: asma, eczemas, rinitis, urticaria… tal vez una de las causas sea la deficiencia endémica de Mg que contienen nuestros alimentos vegetales. Aportando cantidades suficientes de Mg, revierten muchos de los síntomas de las alergias.
El Mg además tiene un papel antiinflamatorio, ayudando al organismo a combatir la inflamación provocada por las infecciones. Estimula la formación de anticuerpos, y la fagocitosis. Aumenta la cantidad de glóbulos blancos y como consecuencia, las heridas curarán más fácil y rápidamente.
El Mg tiene un papel antianafiláctico, por ejemplo, cuando nos pica algún insecto (avispa, abeja, …) se puede producir un shock anafiláctico, que no es más que una reacción violenta frente al veneno del insecto. El Mg disminuye la virulencia de este shock.
El Mg participa en el funcionamiento neuromuscular. Una deficiencia de Mg, puede provocar calambres y espasmos musculares, que desaparecen con el aporte suficiente de Mg.
A nivel del aparato respiratorio, es necesario para su buen funcionamiento.
A nivel reproductivo, la movilidad de los espermatozoides aumenta con el Mg. Tanto el espermatozoide como el óvulo necesitan Mg para su formación.
A nivel endocrino, por ejemplo, si el páncreas, no funciona correctamente, aparece la diabetes. Se produce un mal funcionamiento del metabolismo de los hidratos de carbono, principal fuente de energía que necesita nuestro organismo a todos los niveles. Se ha comprobado que los diabéticos tienen disminuida la cantidad de Mg en la sangre.
El Mg interviene a nivel ocular. El tejido de la retina es uno de los más ricos en magnesio y su deficiencia puede provocar ceguera.
lnterviene también a nivel digestivo, hepático y renal.
A nivel cardiovascular el papel del Mg es fundamental.
Parece pues que las consecuencias de la carencia de Mg, casi total o parcial, se traduce en trastornos frecuentemente reversibles, ya que aún no hay daño orgánico, pero parece evidente que, si el déficit continúa, se producirá el daño orgánico con la aparición de enfermedades o el agravamiento de las ya existentes.
Todo ello evitable con una buena alimentación.
Ya sabemos que la deficiencia de Mg en nuestra alimentación es palpable. Alimentos procesados, comida basura, frutas y verduras con pesticidas… todo ello con un suelo muy muy pobre en Mg. La carencia de Mg, es acumulativa. Para niños y jóvenes es más importante ya que tienen necesidades de Mg aumentadas, ya que están en el período de crecimiento.
En el embarazo y lactancia esta carencia es importantísima.
Nuestra vida actual, con máximo estrés produce una gran depleción de Mg. Hasta el clima en que vivimos influye en la cantidad de Mg que aprovechamos.
Probablemente no sea suficiente tomar Mg para evitar una carencia. Si la dieta que llevamos es rica en Ca y P, no tendremos suficiente Mg, ya que estos dos minerales producen un aumento en la eliminación del Mg y no lo absorbemos en la cantidad adecuada, ya que también disminuyen su absorción.
Ocurre también que, aunque tomemos Mg como suplemento, puede que no esté preparado en la forma adecuada, con lo que no somos capaces de absorberlo en cantidad suficiente. Lo que está claro es que las sales de magnesio no son asimiladas por el organismo. El Mg orgánico es mucho más absorbible que el magnesio inorgánico.
Tenemos que estar pendientes de la dieta para evitar la pérdida de magnesio o una disminución en su absorción. Por todo esto es necesario adecuar la dieta a cada persona según sus características.
Una dieta rica en Ca, P, fitatos, oxalatos, grasas y alcohol, inhibe la absorción del Mg. Se ha comprobado que las personas que toman alcohol incluso en cantidades mínimas, inhiben la absorción de Mg. También se ha visto que en casos de delirium tremens, aportar Mg pone fin a la crisis.
Como hemos hablado antes, el estrés aumenta la necesidad de Mg. Hemos comentado que el clima también influye en el Mg, por ejemplo, el frío aumenta las necesidades de Mg y el calor aumenta la pérdida de Mg por el sudor.
En definitiva, no conocemos exactamente todas las consecuencias de la carencia de Mg, pero debemos estar preparados y no tener la deficiencia antes que experimentar en nuestro propio cuerpo sus efectos.