CÁNCER

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Se denomina cáncer a un tejido de crecimiento aparentemente desordenado, maligno, que se forma a expensas de los tejidos sanos, a los cuales rechaza o destruye. Por alguna razón, una célula del organismo prolifera y da lugar a un gran número de células semejantes, cuyo conjunto se llama TUMOR.

Las células cancerosas tienen la propiedad de penetrar en las corrientes linfática y sanguínea y ser transportadas por éstas. La mayoría de las células cancerosas migratorias mueren, pero otras se fijan al azar en su trayectoria, proliferando y formando tumores denominados metástasis. Según la localización del tumor primario y de las metástasis, pueden aparecer alteraciones muy diversas.

Si algún incidente agudo, no detiene bruscamente el curso de la enfermedad, el crecimiento de los tumores provoca un agotamiento progresivo que culmina con la muerte del paciente.      

Las causas no están claras, pero los factores principales son GENÉTICOS Y AMBIENTALES, y ambos pueden actuar en colaboración. Algunas personas tienen una cierta predisposición genética a determinados tipos de cáncer que cuentan con precedentes familiares, como los de colon y estómago.

Nuestra vida está condicionada por el equilibrio entre nuestro medio interno y el que nos rodea. De nuestro ambiente tomamos las sustancias indispensables para la conservación de la vida, pero ello también implica factores que nos son perjudiciales y contra los cuales debemos defendernos. Algunos de esos elementos son químicos o físicos, otros son vivos (bacterias, virus, parásitos), y susceptibles de atacarnos. Esas agresiones se producen en las superficies que delimitan nuestro cuerpo y una de las más importantes es la mucosa digestiva. Es muy importante que esta membrana se encuentre organizada de manera correcta y sea normalmente permeable. Cualquier aumento de la permeabilidad o de la porosidad de ese revestimiento, provocará de manera automática un paso exagerado del contenido intestinal al interior de nuestro organismo, contenido que encierra, además de los alimentos, sustancias tóxicas, bacterias y virus. Para corregir la fragilidad de esa zona, el organismo la reconstruye cada 2 días, es decir, a un ritmo que es el más rápido de todos nuestros tejidos (incluido el cáncer). Pero para poder construir una membrana normal, es preciso que nuestro cuerpo disponga de materiales adecuados, y por lo tanto, de alimentos también adecuados.

Antes de llegar a la circulación general, la sangre que proviene del intestino atraviesa el hígado, donde pasa por una red capilar (sistema porta). La linfa, recogida por los quilíferos, atraviesa también los ganglios linfáticos. En condiciones normales, la sangre y la linfa son filtradas y desintoxicadas durante ese pasaje.

Cuando la estructura de la mucosa intestinal es anormal, su porosidad es excesiva y demasiado elevado el paso de microorganismos y sustancias tóxicas, y/o cuando está desbordado el poder desintoxicante del hígado y el poder filtrante de los ganglios, pueden aparecer múltiples alteraciones, entre ellas el cáncer. A una irrupción anormal de sustancias tóxicas, virales o bacterianas, el organismo responde por medio de mecanismos de defensa destinados a neutralizarlas. Existe la hipótesis de que los tumores no son más que una forma particular de estos mecanismos de defensa.

Así, la formación de tumores cancerosos que aparece en una parte de la población de los países industrializados, no sería un fenómeno incomprensible y azaroso, sino una REACCIÓN A UN ESTADO DE ALARMA. Un tejido canceroso es capaz de captar los microorganismos y las toxinas que circulan en la sangre.

Es poco probable que la destrucción quirúrgica o mediante radiación de un tumor restablezca el equilibrio al organismo, puesto que no han desaparecido las condiciones que provocaron la formación del cáncer. Para favorecer la curación, es preciso que se supriman lo antes posible las intoxicaciones y las carencias existentes. La suma de innumerables errores repetidos de manera indefinida se convierte en insoportable para nuestro cuerpo, y termina por provocar la aparición de un tumor, pero muchos de esos errores pueden ser evitados.

Como tratamiento convencional de muchas enfermedades se recurre a inmunosupresores. Se ha comprobado que el uso de estas sustancias aumenta la frecuencia del cáncer en un 80-100%. Cuando se suprime de forma artificial un mecanismo de defensa normal, el organismo crea necesariamente otro patológico. Esto permite entender por qué es tan raro encontrar en el mismo individuo la coexistencia de dos cánceres de naturaleza diferente: cuando un tumor asegura el trabajo de defensa, el organismo no necesita formar otro. Sólo lo hace cuando el primer tumor es curado y las condiciones de carencia, de intoxicación o de infección aparecen de nuevo.

Si el cáncer diagnosticado debe ser operado y el estado del enfermo es lo bastante bueno, se le debe operar cuanto antes. Si no lo es, es preferible prepararlo para la operación al menos durante varias semanas. Entonces se observa que el tumor deja de crecer, y en ocasiones disminuye de volumen, el estado general mejora y el resultado alejado de la operación o de la radioterapia puede ser excelente.

La alimentación de todos los cancerosos debería normalizarse y sus carencias vitamínicas y sus desequilibrios minerales deben ser corregidos. Los cambios en el estilo de vida de las personas podrían reducir la incidencia del cáncer en aproximadamente un 70%. En el conjunto de la población, el simple retorno a la alimentación natural (la única normal), debería bastar para reducir en grado considerable la frecuencia de tumores.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA DIETA

Un 35 % de los cánceres se pueden relacionar directamente con una  alimentación inadecuada, un porcentaje superior en un 5 % a los cánceres debidos al tabaco. Indirectamente, una tercera parte al menos de todos los cánceres, se deben a la alimentación.

Dado que los elementos anticancerígenos (vitaminas C y E y provitamina A, fibra, elementos fito-químicos, etc.) se encuentran casi exclu-sivamente en el reino vegetal, hay que pensar que una dieta natural rica en alimentos vegetales será fundamental en estos casos. Tanto si se desea prevenir como si ya se padece un cáncer, es necesario realizar las siguientes modificaciones dietéticas, ya que la dieta es una de las armas principales para combatir el cáncer:

  • Evitar los alimentos relacionados con el cáncer:
    • Aceites vegetales hidrogenados
    • Todo tipo de azúcares refinados
    • Cafeína
    • Leche y lácteos (excepto el yogur natural desnatado en poca cantidad)
    • Proteínas animales (excepto pescado azul con moderación)
    • Aditivos alimentarios
    • Cacahuetes y su mantequilla
    • Bebidas alcohólicas
    • Alimentos fritos, ahumados y a la parrilla.
  • Tomar abundantes zumos de frutas y jugos de verduras frescas para proporcionar al organismo gran cantidad de nutrientes.
  • Ingerir una ración diaria de verduras de la familia de las crucíferas: col morada, berza, brécol, coliflor, coles de Bruselas y nabos. Contienen potentes antioxidantes denominados GLICOSINOLATOS, que protegen al organismo frente a los radicales libres.
  • Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (aceites de pescado y aceite de linaza). Algunos estudios demuestran que inhiben la propagación del cáncer de mama.
  • Consumir ajos crudos, cebollas crudas, rábanos, jengibre y zumo de limón (diluido en agua y sin endulzar o en caldos de verduras) en cantidades abundantes, pues tienen propiedades anticancerosas.
  • La dieta debe consistir en un 95% de alimentos crudos, particularmente:
  • Remolacha roja
    • Germinaciones (soja, alfalfa, fenogreco, rábano, legumbres, etc.)
    • Arroz integral
    • Almendras crudas
    • Sésamo
    • Ajos y cebollas crudos
    • Limón (diluido en agua o caldos de verduras).
    • Crucíferas (coliflor, col verde, col rizada, col morada, col china, brécol, nabos, chirivías, …)
  • No deben consumirse alimentos ricos en proteínas antes de las 11 de la mañana. El desayuno deberá consistir solamente en frutas frescas e infusiones.
  • También se consideran recomendables la levadura de cerveza, el germen de trigo y la lecitina de soja, que deberá espolvorearse cada día sobre las ensaladas.
  • Deberán tomarse al menos 2 veces al día jugos de vegetales frescos.
  • Es importante que, al menos 3 veces por semana tome crucíferas (coliflor, brécol, col verde, col morada, nabos, coles de Bruselas, etc.).
  • Convienen sobre todo los alimentos ricos en vitaminas del grupo B y vitamina C, que además contengan selenio y otros antioxidantes naturales.
  • Procurar no tomar alimentos que puedan contener aditivos de cualquier tipo (colorantes, conservantes, acidulantes, etc.).
  • Optar por tomar alimentos de cultivo biológico (sin abonos ni pesticidas).

La maduración del cáncer es un proceso que, en algunos casos, puede llevar muchos años, 20 ó 30 y a veces más. La dieta que se siga puede interferir en el proceso del cáncer en varias etapas, desde su comienzo hasta su desarrollo y diseminación. Los alimentos beneficiosos pueden revitalizar el sistema de desintoxicación del organismo, previniendo la alteración genética de las células, que constituye un preludio de cáncer.

La presencia de las sustancias químicas derivadas de los alimentos puede determinar, en las células, que un virus o un factor natural del cáncer, como los estrógenos, puedan producir o no el cáncer en determinado tejido. Los antioxidantes de los alimentos, entre ellos las vitaminas, pueden sofocar los carcinógenos e incluso reparar parte del daño celular que hayan causado. Aún en la etapa en que las células se han reunido en estructuras todavía benignas, pero que pueden convertirse en tumores peligrosos, los compuestos de los alimentos pueden intervenir para detener el crecimiento ulterior e incluso reducir el tamaño de los parches de células o erupciones precancerosas.

La dieta, aunque mucho menos eficaz en las etapas tardías, puede influir sobre las metástasis. Las células cancerosas que circulan por el organismo necesitan condiciones favorables para arraigarse y crecer. Los alimentos pueden fomentar ambientes favorables u hostiles. Incluso después de diagnosticado el cáncer, la vida se puede prolongar consumiendo los alimentos apropiados. La forma en que los alimentos influyen sobre el cáncer es muy complicada, no está clara aún, y tiene relación con numerosos factores. Pero aunque la genética y el estilo de vida estén a favor del cáncer, con la dieta se puede limitar en gran medida las probabilidades de generar un cáncer.

ELEMENTOS QUE DEBEN APORTARSE

ALIMENTOS BENEFICIOSOS

  • ACEITE DE OLIVA: Su consumo reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, sobre todo el de mama, cuando sustituye a otras grasas alimentarias. Su poder anticanceroso se debe a su riqueza en sustancias antioxidantes (vitamina E) y en ácidos grasos monoinsaturados.
  • AJO Y CEBOLLA: En el ajo y la cebolla se han identificado más de 30 enemigos de los carcinógenos, entre ellos, el sulfuro de dialilo, la quercitina y los ajoenos. Pueden bloquear los agentes carcinógenos más activos como las nitrosaminas y las aflatoxinas, relacionadas directamente con los cánceres de estómago, pulmón e hígado.
  • ALGAS, FRUTOS Y VEGETALES COLOREADOS: Fuentes de CAROTENOIDES.
  • BAYAS: ricas en antocianos antirradicalares.
  • CACAHUETES, JUDÍAS Y ACEITES VEGETALES VÍRGENES: Ricos en coenzima Q10. El salvado de los cereales y los vegetales muy verdes contienen menor cantidad. También son buenas fuentes las vísceras y carnes rojas, pero no conviene su consumo.
  • CALDO REMINERALIZANTE: En un cazo tapado, con 2 litros de agua mineral, se ponen a hervir durante media hora los siguientes ingredientes:
  • Una rama entera de apio
  • Un puerro
  • Una ramita de perejil
  • Dos cebollas
  • Un poco de perifollo
  • Una cabeza de ajos
  • Unas hojas de diente de león
  • La cáscara de un huevo bien  enjuagada (sin frotar)

Se obtienen tres tazas que se tomarán MEDIA HORA ANTES del desayuno o el almuerzo, de la comida y de la cena. Justo antes de tomarlo, se añadirá el zumo de un limón.

  • CEREALES INTEGRALES: La fibra que contienen acelera el tránsito intestinal, retiene y arrastra las sustancias cancerígenas que pudiera haber en el tracto digestivo. Al impedir la absorción de sustancias cancerígenas, protege de muchos tipos de cáncer, no sólo de colon. Además contienen fitatos, que por un lado reducen la absorción de hierro y zinc, pero por otro, actúan como anticancerígenos. También contienen Cromo (si fueron cultivados en un medio rico en Cromo), Manganeso y Cobre, que forman parte de la SOD.
  • CÍTRICOS: Los cítricos: naranja, pomelo, limón y lima, constituyen un conjunto anticanceroso muy completo, ya que contienen muchas sustancias naturales (carotenoides, flavonoides, terpenos, limonoides y cumarinas), que por sí solas han demostrado neutralizar el poder de agentes carcinógenos agresivos. Se ha demostrado que poseen 58 sustancias químicas anticancerosas conocidas, más que cualquier otro tipo de alimentos.
  • CRUCÍFERAS (BRÉCOL, COLES, ETC.): Ricas en glucosinolatos y otros compuestos antioxidantes y protectores.
  • FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS: El riesgo de contraer cáncer se reduce a la mitad en las personas que consumen mucha fruta y muchas hortalizas. Nadie conoce en realidad la mejor dosis para prevenir el cáncer, pero una buena medida consiste en 2 frutas y 3 hortalizas al día como mínimo.
  • FRUTOS SECOS, ALGAS, GUISANTES, SEMILLAS, CIRUELAS PASAS, ALUBIAS SECAS: Fuentes de Cobre. También contienen cobre el marisco y las vísceras, pero no conviene su consumo.
  • GERMEN DE TRIGO: Por su acción antioxidante frena procesos de degeneración celular. Es rico en SELENIO Y ZINC.
  • HIERBAS AROMÁTICAS: contienen aceites esenciales cuyos componentes tienen una fuerte acción protectora frente al cáncer.
  • Hongos Shee-take, MAITAKE Y OTRAs setas orientales: Contienen LENTINANO, beta-glucanos, arabinogalactanos, y otras sustancias que activan la capacidad anticancerosa del sistema inmunitario.
  • JENGIBRE: contiene gingeroles y sustancias antioxidantes, además de vitaminas y minerales.
  • JUDÍAS DE SOJA: Poseen por lo menos 5 agentes anticancerosos conocidos. Tienen actividad antiestrogénica para bloquear cánceres de tipo hormonal, como de mama y próstata. Son la fuente más rica de inhibidores de la proteasa, que además han demostrado poder bloqueante sobre los cánceres de colon, boca, pulmón, hígado, páncreas y esófago. También contiene fitosteroles y saponinas. Los primeros contribuyen a suprimir el cáncer de colon, y las saponinas estimulan la inmunidad, eliminando directamente ciertas células cancerosas, frenan su crecimiento a nivel del cuello uterino y de la piel, e incluso pueden invertir el proceso de desarrollo de las células cancerosas en el colon. Frenan también la formación de nitrosaminas (uno de los carcinógenos más temidos), que provocan sobre todo cáncer de estómago y de hígado.
  • LEGUMBRES: Contienen fibra y ácido fítico y fitatos, con acción anticancerígena. Los fitoestrógenos que contienen (genisteína y deaidzeína) actúan sobre los cánceres hormonales. También contienen Zinc.
  • LEVADURA DE CERVEZA: Buena fuente de Cromo, Cobre, SELENIO y Vitaminas del grupo B.
  • NUECES: Buenas fuentes de Manganeso y Coenzima Q10.
  • nueces de Brasil y melaza: Son buenas fuentes de Selenio.
  • PESCADO AZUL: Su aceite reduce el tamaño y número de los tumores y su tendencia a diseminarse. También se ha demostrado que suprime los crecimientos precancerosos que terminan en cáncer de colon. Impiden la diseminación del cáncer de mama después de la cirugía. Contribuye a bloquear la adhesión de las nuevas células tumorales errantes, impidiéndoles hacer metástasis.
  • Regalíz: Los triterpenoides del regaliz eliminan las células cancerosas de crecimiento rápido, y hacen que algunas células precancerosas vuelvan a su ciclo normal de crecimiento.
  • REMOLACHA ROJA: Tiene elementos fitoquímicos anticancerosos.
  • SÉSAMO, AZÚCAR DE ARCE, FRUTOS SECOS: Son buenas fuentes de Zinc.
  • TÉ ROJO Y TÉ VERDE: Su poder anticanceroso se debe a las catequinas.
  • TOMATE: Su poder anticancerígeno reside en el pigmento que le da color: el licopeno. Es dos veces más poderoso que el beta-caroteno como destructor del oxígeno libre, la molécula tóxica de oxígeno que puede desencadenar el cáncer en las células. Hay también un poco de licopeno en la SANDÍA y en los ALBARICOQUES.
  • TRIGO Y COL: Se sabe que un exceso de estrógenos favorece el cáncer de mama. Se ha demostrado en estudios que las coles y otras crucíferas como el brócoli, el nabo, y también el salvado de trigo, aceleran el metabolismo de este tipo de estrógenos.
  • VEGETALES DE HOJA VERDE: Contienen Manganeso.
  • Yogur: Los cultivos vivos del yogur aumentan el funcionamiento del sistema inmunológico, porque activan la producción del interferón gamma, que puede retardar el crecimiento tumoral.

ALIMENTOS PERJUDICIALES

  • AZÚCAR REFINADO: El consumo abundante de azúcar blanco está relacionado con los siguientes cánceres: colon, estómago y cuello de útero. La fructosa, aunque presenta algunos inconvenientes consumida en exceso, protege contra el cáncer de próstata.
  • BEBIDAS ALCOHÓLICAS: Todas son favorecedoras del cáncer. No sólo cuando se ingieren en dosis elevadas, sino también cuando se hace un consumo moderado.
  • CAFÉ: Su consumo está relacionado con el cáncer de vejiga y otros, y con la mastopatía fibroquística. Su efecto cancerígeno no sólo se debe a la cafeína, sino a otros componentes del café, por lo que el descafeinado también implica riesgos.
  • CARNE: Es un importante factor de riesgo para la mayoría de los cánceres: pulmón, cerebro, estómago, riñón, útero, vejiga, ovario, etc. Son especialmente favorecedoras las carnes rojas. En la carne muy hecha o asada en barbacoa, la carne frita y la salada, ahumada o curada se han formado benzopirenos, potentes cancerígenos.
  • ESPECIAS: Las especias picantes en exceso representan un riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer como boca y esófago.
  • GRASA TOTAL: La grasa insaturada del aceite de oliva no aparece implicada en la aparición del cáncer, sino que contribuye a contrarrestarlo. La GRASA SATURADA sobre todo y también los OMEGA-6 EN EXCESO, contribuyen a la aparición de cánceres. Los aceites omega-3 presentes en el pescado, ayudan a desactivar algunos tipos de cáncer. La grasa sirve como combustible para el crecimiento tumoral; sin ella, las células propensas al cáncer podrían permanecer inactivas. La grasa también estimula los ácidos biliares en el colon, favoreciendo la mutación hacia el cáncer de algunas células. Además, el exceso de grasas, tanto las de origen animal como las vegetales omega-6, adormecen el mecanismo de vigilancia tumoral del sistema inmunológico.
  • HUEVOS: Existe una estadística que indica que consumir más de 3 huevos por semana se relaciona con cánceres de mama, estómago, pulmón, páncreas, colon, endometrio y ovario. La relación se debe al colesterol, la grasa saturada y un virus leucémico que suele estar presente en las gallinas (además de los tóxicos que ingerimos cuando la gallina no está debidamente alimentada).
  • LECHE: Está asociada a la aparición de ciertos tipos de cáncer, sobre todo si se trata de leche entera: mama, pulmón, colon, ovario, próstata y vejiga. Se cree que la leche podría transmitir el virus de la leucemia bovina, que es un potente cancerígeno.
  • PESCADO CURADO Y SALADO: Estimula la aparición de ciertos tipos de cáncer, pues en estos procesos se forman nitrosaminas.
  • PRODUCTOS REFINADOS: Pan blanco, bollería y pastelería. Tienen carencia de fibra, mucho azúcar refinado, grasas saturadas y ácidos grasos trans.

RECOMENDACIONES

  • Debe masticar y ensalivar correctamente los alimentos.
  • Debe evacuar diariamente el intestino.
  • No debe beber agua desde una hora antes de la comida hasta dos horas después de la misma. Si durante las comidas tiene sed, puede beber un vaso como máximo, a pequeños sorbos, y siempre a temperatura natural.
  • Consumir los alimentos recién preparados. No guardar las sobras. No cortar los vegetales crudos hasta justo antes de consumir.
  • Caminar diariamente.
  • Diariamente, una ducha vital.
  • Diariamente, baños de genitales durante cinco minutos al día (baño de asiento).
  • Diariamente y antes de acostarse, un baño de agua muy caliente durante 30 minutos. Se comienza con agua templada y se va añadiendo paulatina-mente agua cada vez más caliente, hasta que pueda soportarse.
  • Ejercicio moderado, como caminar, pero está especialmente recomendado el yoga o el tai-chi.
  • Tomar el sol diariamente (por espacio de cinco minutos como mínimo y de una hora como máximo), siempre a primera hora de la mañana o como mucho, hasta las doce del mediodía o bien desde las cinco de la tarde. Puede hacerlo simplemente mientras realiza su paseo diario, subiéndose las mangas de la camisa.
  • Se recomienda ampliamente la relajación física y mental y evitar las aglomeraciones.
  • Tratar por todos los medios que los alimentos que ingiera sean biológicos (sin pesticidas ni abonos químicos).
  • No frecuentar los lugares muy cargados y pobres en oxígeno.

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